En un mundo dominado por la cultura del café, con una taza de la bebida más venerada en la mano, te has preguntado alguna vez: ¿Qué es lo que estoy bebiendo, exactamente? Sí, es café, pero ¿Qué tipo de café?
Existen muchas variedades de café, cada una con su propio perfil de sabor, cuerpo y aroma. Sin embargo, dos variedades se destacan por encima del resto: el café arábica vs robusta.
Algunas personas pueden beber café simplemente por su efecto estimulante, pero para los verdaderos amantes del café, cada taza es una oportunidad para explorar los matices que cada variedad de café ofrece.
Ya sea que prefieras un café con cuerpo y fuerte o uno más suave y aromático, comprender la diferencia entre el café arábica y el robusta puede ayudarte a apreciar aún más tu taza diaria de café.
En esta guía completa, nos sumergiremos en el mundo del café arábica y robusta, explorando sus diferencias y similitudes, así como las formas en que estas variedades pueden afectar a tu experiencia de degustación de café.
Café arábica y robusta, ¿mismo café con distinto nombre?
Si eres un amante del café, probablemente has oído hablar de dos de los tipos de café más populares y ampliamente consumidos en todo el mundo: el café arábica y el café robusta. Aunque ambos son tipos de café, existen diferencias significativas entre ellos que vale la pena conocer.
El café arábica y el café robusta, ambos son derivados de la familia botánica de las rubiáceas (rubiaceæ) de la planta Coffea, son variedades hermanas pero no idénticas. Juntas, constituyen más del 90% de la producción mundial de café.
¿Qué es el café arábica?
El café arábica, famoso por su sabor suave y rico, es una joya en el ámbito del café de especialidad. Se lleva el título de ser la especie más extendida a nivel global, originándose su grano en los pequeños arbustos de las rubiáceas de paises del cuerno de África como Etiopia o Sudan del Sur.
Además, esta variedad es la más tradicional en términos de cultivo, dado que sus raíces se remontan a la península arábica hace más de mil años, de donde también proviene su nombre. En la actualidad, abarca el 60% de todo el café producido mundialmente.
Para añadir, el arábica se diversifica en numerosas subespecies, entre las que se encuentran el Maragogype, Gesha, Caturra, Typica, Bourbon, Blue Montain y muchas otras, enriqueciendo así su legado y oferta.
¿Qué es el café robusta?
El café robusta, cuyo nombre científico es Canephora, ocupa el segundo lugar en cuanto a la cantidad de café producido globalmente, constituyendo más del 30% del total mundial.
Esta variedad, que se caracteriza por sus plantas de hojas grandes y anchas, tiene sus raíces en el centro de África, en países como Uganda y el Congo. Originario de los densos bosques tropicales cerca del legendario lago Victoria, su cultivo ha proliferado a través del continente africano desde el año 1900.
Su popularidad entre los productores se debe principalmente a su capacidad de ofrecer una producción estable, lo que se traduce en una mayor rentabilidad.
Diferencias principales
Dentro del vasto universo del café, el arábica y el robusta ocupan posiciones destacadas, pero son muy diferentes entre sí.
Estas diferencias abarcan desde su origen y proceso de cultivo hasta su aspecto físico y, por supuesto, sus perfiles de sabor. En los siguientes apartados, desglosaremos estas diferencias principales, para que puedas identificar cada variedad y entender cómo estas diferencias se traducen en la taza de café que disfrutas cada día. Al fin y al cabo, cada detalle cuenta en la búsqueda del café perfecto.
Origen
Empezando por el origen, el café arábica es originario de las tierras altas de Etiopía y Sudán del Sur, mientras que el robusta es nativo de las regiones más bajas de Uganda y otros países del África Occidental como el Congo Belga.
Estas diferencias geográficas juegan un papel importante en las características del grano y del sabor del café. La arábica tiende a crecer en altitudes más altas, mientras que la robusta se cultiva en áreas más bajas.
Estas diferencias en altitud, junto con factores climáticos, afectan directamente a la calidad y al sabor del café.
Cultivo
En cuanto al cultivo, el café arábica es más delicado y requiere de una atención especial. Necesita temperaturas más frías y una altitud más alta para crecer, generalmente entre 600 y 2.200 metros sobre el nivel del mar. Esta necesidad hace que su crecimiento sea más lento y su cultivo más desafiante, pero como resultado, los granos adquieren aromas más intensos y distintivos.
Esta variedad de café es particularmente delicada. Necesita un clima que no sea ni demasiado caliente ni demasiado frío, entorno a los 20ºC, además de alta humedad para madurar adecuadamente. Estas condiciones específicas son raras y solo se encuentran en ciertas áreas del mundo. La combinación de estos factores, junto con la limitada disponibilidad de terrenos aptos para el cultivo en altitudes elevadas, contribuye a que los precios de este tipo de café sean más altos.
En contraste, el café robusta se adapta a altitudes más bajas, desde el casi el nivel del mar hasta los 900 metros. Esta variedad destaca por su resistencia a plagas y enfermedades, así como por su capacidad para soportar un amplio espectro de temperaturas.
Esta capacidad de crecer en altitudes más accesibles facilita su cultivo y permite obtener mayores rendimientos en comparación con el arábica. Naturalmente, esto repercute en su precio, haciendo que el robusta sea considerablemente más económico.
En las principales plantaciones de café en países desarrollados se cultiva primero todo con la variedad arábica. Esto se debe a que los productores prefieren asegurarse beneficios, mientras que el cultivo de la variedad robusta solo se hace con el fin de maximizar los beneficios.
Si bien se cultiva en diversas partes del mundo, Brasil, Colombia y Etiopía lideran la producción de café arábica. Por otro lado, la variedad robusta encuentra su principal cultivo en países del sudeste asiático, destacando Vietnam e Indonesia.
Grano
Si observamos el grano, también podemos notar algunas diferencias entre el café arábica y el café robusta.
Los granos de café arábica son ovalados y tienen una cresta en forma de ‘S’, mientras que los granos de café robusta son más redondos y tienen una cresta recta.
Estas diferencias físicas también afectan al sabor y al perfil del café. El café arábica tiende a tener un sabor más suave y delicado, con una acidez mayor. Por otro lado, el café robusta tiene un sabor más fuerte, con notas de cacao y nueces, y una acidez menor.